´Nos
dicen que ojala mirarais a los políticos con tanto detalle´´
22.03.2014
Luis Tato, coordina el sindicato de
técnicos de Hacienda, preside la junta de personal de la
Agencia Tributaria
alejandro fernández |
Matías Vallés
Luis Tato (Santa Cruz de
Tenerife, 1965) es Licenciado en Empresariales y lleva un cuarto de
siglo como técnico de Hacienda en el área de inspección en Balears.
Es el coordinador del sindicato Gestha y el presidente de la junta
de personal de la Agencia Tributaria. Desarrolla una intensa
actividad mediática, el pasado jueves intervino en el club de este
diario.
–Para que
se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Hacienda somos todos, menos
Urdangarin y Bárcenas?"
–Hacienda somos todos, pero unos más que otros. Por eso nos hemos
quejado, y el eco en los medios ha hecho que cundiera la evidencia
de que las grandes empresas y fortunas tributan menos que las clases
medias.
–¿Hay contribuyentes que invocan a los grandes defraudadores para no
pagar impuestos?
–Es el día a día de los compañeros. Muchos pequeños contribuyentes
añaden, en sus escritos oficiales, postdatas como ésta que figura a
mano en un recurso de liquidación: "Ojalá mirarais con tanto detalle
las declaraciones de los políticos (a Bárcenas siempre le salía a
devolver)".
–¿Los funcionarios se avergüenzan de reclamar con más insistencia a
los débiles que a los poderosos?
–Nos avergonzamos de la conducta de los directivos en Madrid, porque
su actuación no es la que debiera. Los que planifican no son
elegidos por sus méritos y capacidades, sino por el Montoro de
turno. En la Agencia Tributaria somos pocos y mal organizados, con
un exceso de burocracia jerarquizada como en un ministerio militar
franquista. En Balears sufrimos un ERE encubierto.
–¿Hay que disculpar la pequeña economía sumergida?
–No la disculpo, pero no es lo mismo hacerle una chapuza a un vecino
que la planificación fiscal agresiva de multinacionales como Google
o el caso de TUI en Mallorca, que simulaba operaciones para no pagar
en España. Estas empresas funcionan de manera más sutil.
–¿La gente huye de usted en las reuniones sociales?
–No, todo lo contrario. La primera reacción es de sorpresa, pero a
continuación aprovechan para hacer consultas, como con los médicos.
–El fiscal del ´caso Cristina de Borbón´ quiso imputar a su
sindicato por dudar del peritaje de Hacienda.
–Lo hemos vivido con un poco de pena, porque el fiscal parecía
proteger a alguien de la Familia Real en lugar de velar por el
cumplimiento de la ley. No admitir las críticas constructivas va en
detrimento de la transparencia.
–¿Cómo pueden ustedes saber que la economía sumergida es una cuarta
parte del PIB?
–Son cifras aproximadas, porque ningún Gobierno ha mostrado interés
en financiar un estudio sobre la economía sumergida. Algo sucede
cuando otros países recaudan mucho más que España con impuestos más
bajos.
–¿Persiguen ustedes todo el fraude que llega a sus manos?
–Hay mucha más información de la que se puede investigar, por falta
de medios y pese a que sería rentable hacerlo. Se tiene que hacer un
corte y compartimentar. Tenemos la mitad de personal que Francia, y
allí hay la mitad de economía sumergida que en España, un dato que
guarda correlación con la corrupción.
–¿Cómo se explica que un empresario medio declare la mitad de
ingresos que un trabajador medio?
–Porque un trabajador está mucho más vigilado que un empresario, que
tiene más posibilidad de defraudar. Dedicamos el ochenta por ciento
del esfuerzo al microfraude, hace falta un cambio de orientación.
–¿La amnistía fiscal es como abrir las cárceles?
–Es peor que abrir las cárceles. Supone no llevar a prisión a quien
corresponde, además de dar un mal ejemplo al contribuyente honesto,
que ha pagado entre un 40 y un 50 por ciento de sus ingresos. Cuando
ve que el gran defraudador se saldrá con la suya por menos de un
diez, se le queda cara de tonto y ganas de imitarle y aguardar a la
próxima regularización fiscal. Siempre dicen que es la última
oportunidad y que nunca más. Hasta la siguiente.
–¿Hay alguna cuenta en Suiza que no pretenda evadir impuestos?
–Es muy raro, porque Suiza no compite por pagar muchos intereses,
sino que el valor añadido es la opacidad en la información. Sería
extraño que a alguien le recomendaran llevar dinero blanco a ese
país.
–¿Usted aceptaría un trabajo en negro si no dispusiera de otra forma
de ingresos?
–Evidentemente, sí, como tanta gente se ve obligada a hacer hoy. Un
elevado porcentaje de jóvenes admite en las encuestas recientes que
aceptaría cualquier trabajo y salario, una situación sin
perspectivas de cambio.
–¿Cuál es la presión más curiosa que ha sufrido?
–De un investigado, "¿esto no lo podemos arreglar de otra manera?",
aunque nunca me han ofrecido dinero. De la superioridad he recibido
alguna, pero el sindicato nos defiende y nos garantiza la
independencia. Además, podemos abstenernos, lo cual sólo me ha
pasado dos veces en toda mi carrera.
–¿Hay algún español que cumpla con Hacienda hasta el último euro?
–La inmensa mayoría de asalariados y pensionistas, que tienen muy
poco margen. Algunos acaban pagando más de lo que les corresponde.
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