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Estrella Económica - Economía 

1 de octubre de 2003  



Las últimas cuentas de la era Aznar mantienen la preocupación de la derecha por la Seguridad y la Justicia

Montoro vuelve a presentar en el Congreso unos Presupuestos que buscan el equilibrio presupuestario y niega que exista déficit oculto

Los PGE del 2004 fijan un crecimiento de los ingresos del 5,2%, por un avance del gasto del 4,3%, mientras se reduce en 2,5 puntos el empuje inversor del Estado

Las Claves

De las grandes prioridades de gasto, sólo Seguridad y Justicia aumentan su ritmo de crecimiento en el 2004
Montoro ve como un grave error de cálculo político la amenaza de CiU de no apoyar los Presupuestos y espera que rectifique

Los Datos

Montoro descarta la existencia de un déficit oculto y dice que la clave está en 'gastar donde hay que gastar'
Si gobierna en la próxima legislatura, el PP seguirá reduciendo la deuda pública aunque el Estado tenga superávit

M. Suchowolski

Madrid

Los últimos Presupuestos Generales del Estado de la era Aznar han iniciado ya el viaje parlamentario con vistas a su aprobación definitiva a finales de año. Las cuentas del 2004 que presentaba ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, junto con la plana mayor de su departamento, ahondan en el interés del Partido Popular por priorizar en el gasto del Estado las partidas para Seguridad y Justicia, frente a las demandas de sindicatos y oposición de avanzar más en políticas sociales y de investigación. Los nuevos Presupuestos establecen, una vez más bajo el imperio de la ley de Estabilidad Presupuestaria, un incremento del gasto del 4,3%, por debajo del de los ingresos, que alcanzará el 5,2%.

Los populares entran en el año de las elecciones generales con unos Presupuestos que, en palabras de Montoro, tratan de dar una "garantía de prosperidad" a las familias españolas, con una economía "más solida, más segura y que camina hacia el pleno empleo". Es el mensaje que lanzaba ayer el titular de Hacienda después de presentar en el Congreso unos Presupuestos Generales del Estado literalmente más delgados que los del 2003 -los del año próximo tendrán 57 volúmenes frente a los 66 del 2003 y pesarán 17 kilos menos-, debido al trasvase de competencias a los ayuntamientos.

Se trata de la única gran novedad de unas cuentas del Estado que ya no incluyen por primera vez una reforma estrella del IRPF, ni podrán estrenar nuevo modelo de financiación autonómica. Además, las prioridades de gasto del Gobierno suenan mucho a las que anunciaba hace ahora un año. Pero ayer Montoro intentaba escapar de la idea de que estas cuentas del Estado son continuistas y restrictivas. El ministro recordó que el escenario económico previsto para el 2004 es bien distinto del de este año, con unas expectativas ciertas de recuperación internacional, por lo que el Ejecutivo no ha considerado tan necesario impulsar la demanda y ha creado unos Presupuestos "pensando en los próximos años" aunque, se apresuró a añadir Montoro, "sin restar un milímetro" de capacidad a los próximos gobiernos para que apliquen sus políticas.

El problema de la inflación será uno de los asuntos que el Gobierno quiere vigilar de cerca el año que viene. El ministro de Hacienda dio a entender que el Ejecutivo ya está haciendo su parte en la búsqueda de la contención de los precios, no deflactando la tarifa del IRPF para desligar los impuestos de la marcha de la inflación y apostando, en cambio, por la congelación de los impuestos especiales.

Sin embargo, el gasto en personal de las administraciones públicas va a crecer un 5,1%, más de tres puntos por encima del objetivo de IPC (2%), lo que Montoro atribuyó a la plasmación de los acuerdos alcanzados con los sindicatos de la Función Pública, subrayando que este aumento del gasto incluye mejoras retributivas, pero también la creación de planes de pensiones alternativos, cosa que, a diferencia de las subidas salariales excesivas "sí recomiendo al sector privado que se impulse", puntualizó.

ESCENARIO MACROECONÓMICO DE LOS PGE

 

2003 Revisión

2004

PIB por componentes de demanda (% variación)
Gasto en consumo final 2,9 3,1
  -Hogares 2,8 3,1
  -AAPP 3,2 2,9
Inversión 3,3 3,8
  -Bienes de equipo 2,8 5,0
  -Construcción 3,7 3,0
Demanda interna
(% contribución al PIB)
3,1 3,3
Exportaciones 3,9 6,3
Importaciones 6,4 7,0
Saldo exterior
(% contribución al PIB)
-0,9 -0,4
PIB (%) 2,3 3,0
Miles de millones de euros 742,5 (+6,6%) 786,6 (5,9%)
PRECIOS Y COSTES (% variación)
Deflactor del PIB

4,3

2,9
MERCADO DE TRABAJO
Empleo: variación en %

1,8

1,9
Variación en miles 281,8 299,7
Tasa paro EPA 11,3 11,0
SALDO PRESUPUESTARIO
AAPP 0,0 0,0
Estados y org.autónomos -0,5 -0,4
Seguridad Social 0,5 0,4


Los Presupuestos del año que viene deberán habilitar la creación de 299.700 empleos y un crecimiento económico del 3% que estará nuevamente basado en el empuje de la demanda interna, así como un mantenimiento del dinamismo inversor en los niveles previstos para este año. Al mismo tiempo se deberá reducir la aportación negativa del sector exterior. El objetivo de la estabilidad presupuestaria se mantiene, aunque una vez más gracias al superávit de la Seguridad Social, que compensará el déficit del Estado, cifrado en el 0,4% del PIB.

Durante el 2004, España recibirá de la Unión Europea 6.400 millones de euros más de los que aportará al Presupuesto comunitario, lo que supone un descenso del 10% sobre el saldo neto positivo que llegó a nuestro país desde la UE en este 2003 a través de Fondos Estructurales y de Cohesión, entre otras ayudas europeas.

Equilibrio y déficit oculto

Montoro insistió ayer en la idea de que el equilibrio presupuestario ha resultado ser un "eje fundamental" de la política económica del PP, impulsando el crecimiento y la creación de empleo y permitiendo bajos tipos de interés y reducciones de impuestos mientras aumenta la recaudación. Algo, subrayó, que no ha sido posible en otros países que no "hicieron los deberes" en su día.

En este punto descartó de pleno la posibilidad de que exista en las cuentas del Estado un "déficit oculto" detrás del llamado 'déficit cero' y recordó que la contabilidad está vigilada por la Intervención General del Estado, las instituciones nacionales de estadística y por Eurostat, lo que consideró "suficientes avales". Por tanto, dijo, la explicación está en "gastar donde hay que gastar, con criterios de austeridad y ahorro, y rebajando la carga de intereses al reducir el nivel de deuda pública", cosa que ya anunció que seguirá haciendo el PP -si se mantiene en el poder- aún si logra alcanzar el superávit en el 2005 como está previsto.

Gastos prioritarios

El año que viene el Estado tendrá un límite de gasto de 117.260 millones de euros, que incluye un Fondo de Contingencia del 2%. En el presente año, este fondo se está utilizando para sufragar el coste de las misiones de paz y las compensaciones a las corporaciones locales por la supresión del Impuesto de Actividades Económicas. El Estado verá incrementados sus ingresos no financieros en un 5,9%, frente al 2,4% que aumentan los gastos no financieros (el 3,9% si se tiene en cuenta el efecto de los nuevos sistemas de financiación autonómico y local).

En conjunto, sumando la actividad del Estado, la Seguridad Social y los organismos autónomos, los ingresos financieros consolidados superarán los 216.800 millones de euros, con un avance del 5,2% frente al 4,3% que aumentan los gastos no financieros consolidados, un total de 220.500 millones. La mayor parte de los ingresos, más de 6.000 millones de euros, corresponderán a cotizaciones sociales y los 4.800 millones restantes llegarán vía impuestos.

En parte debido al trasvase de competencias a CCAA y ayuntamientos, en parte también al conservadurismo en el gasto, el esfuerzo inversor del Estado crecerá 2,5 puntos porcentuales menos de lo que se presupuestó para el 2003, situando el ritmo de avance en el 10,5% hasta los 27.420 millones de euros.

Las políticas y prioridades de gasto mantienen el esquema de este año. Casi la mitad de cada euro del Presupuesto tendrá por destino temas sociales, aunque este área abarca asuntos tan dispares como el gasto en pensiones, Sanidad, Educación, Vivienda y las prestaciones por desempleo. Las transferencias a comunidades y entes locales derivada del nuevo modelo de financiación se llevan un 21,3% del gasto y las actividades productivas e inversoras un 10%.

Por áreas, destacan los apartados de Interior y Seguridad Ciudadana, donde se gastará un 8,6% más, cuando en las cuentas del 2003 el incremento era del 7,4%. A Justicia el Gobierno le dedica un 7,5% más, también por encima de lo fijado para el año actual. En cambio, el gasto social crecerá un 6,8% -frente al 8,2% de este año-, y la inversión en Infraestructuras, que ya se había ralentizado en el 2003, aumentará ahora dos puntos porcentuales menos, un 6,4%. En Investigación y Desarrollo, las partidas presupuestadas aumentan un 7,3%, también menos de lo previsto para el año en curso.

La guerra política

Los Presupuestos entran hoy mismo de lleno en la arena de la política con la exposición en el Congreso de las prioridades de gasto por parte del presidente José María Aznar, que tendrá en frente al líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero. En los próximos días se concretarán los apoyos que tendrá el PP a su mayoría absoluta para respaldar las cuentas que ayer Montoro confiaba en que pueda manejar ya Mariano Rajoy como próximo presidente del Gobierno.

Por el momento, el PP tiene garantizado el rechazo del PSOE e Izquierda Unida, con sendas alternativas, una basada en la moderación en el gasto, un mejor reparto del mismo y la congelación de impuestos, y la otra en un aumento del déficit público de hasta el 3% -límite establecido por el Pacto europeo de Estabilidad- para elevar el gasto social.

Tampoco está oficialmente nada claro el apoyo de CiU, después de que los nacionalistas catalanes anunciaran que no votarán junto al PP en contra de las enmiendas a la totalidad que presente la oposición. Pero el Gobierno cree que se trata de una mera maniobra política de cara a los comicios catalanes del 16 de noviembre. Para esa fecha, apunta Montoro, los Presupuestos todavía no habrán recibido la ratificación definitiva, y entonces podría haber un "pronunciamiento favorable" de CiU, aunque consideró un "error más de cálculo electoral" distanciarse por el momento de una política presupuestaria que, a juicio del ministro, ha sido "claramente favorable" para Cataluña.



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