Según Soláns, el IEF mantiene "contactos" con el Ministerio de Hacienda y recientemente, le ha presentado una batería de propuestas tributarias de carácter "técnico" para mejorar la fiscalidad de las empresas familiares y ahondar así en ese objetivo de supervivencia.

Con esto, precisó Soláns, el IEF "en absoluto" quiere decir que las empresas familiares se nieguen a aceptar cargas impositivas, necesarias para que el Estado pueda hacer frente a su presupuesto, como tampoco implica que el Instituto no valore las sucesivas mejoras fiscales para las empresas impulsadas por el Gobierno.

Soláns insistió en que debe evitarse que la fiscalidad frene el desarrollo, la inversión o la continuidad de los negocios familiares, si bien es consciente de que no es éste el momento político "oportuno" para peticiones, en vísperas de elecciones.

En el IEF, añadió, "peleamos, luchamos por la supervivencia de la empresa familiar", y por inculcar a los descendientes de los fundadores de estos negocios la idea de que realmente "merece la pena mantenerlos". Según sus datos, la estadística muestra que, a la tercera generación de funcionamiento de un negocio familiar en España llega sólo el once por ciento aproximadamente.

Mejora de la fiscalidad por I+D

Otra de sus propuestas al Gobierno es la de mejorar la fiscalidad por gastos de investigación y desarrollo de las empresas familiares puesto que España, lamenta Soláns, dedica a ello menos del uno por ciento del PIB, mientras que la media europea destina alrededor del dos, y ciertos países escandinavos, el 3%.

Por ello, el IEF reclama un marco fiscal "más favorecedor, más instigador" de la investigación, especialmente ahora que España afrontará la incorporación a la UE de otros diez países con costes de mano obra mucho menores a los de España. Por otro lado, Soláns solicitó más apoyo de la Administración al impulso del "carácter internacional" de las empresas, y a ella, en concreto, le reclamó ser "más productiva, ya que muchas veces tiene una burocracia tremenda en muchos trámites".

Soláns reiteró su "agrado" por "la tendencia" vislumbrada hacia la supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, pues ve "fenomenal" todo aquello que sean "movimientos en el sentido de dar pasitos" para su supresión. Sin embargo, sugirió, "en un plazo de tiempo" habría que igualar la fiscalidad de las autonomías para evitar "esa especie de agravio Womparativo" o "picaresca" que podría causar el que unas comunidades bonifiquen el Impuesto sobre Sucesiones y otras no.

A nivel interno, el IEF tiene "una sola voz que emana de todo el empresariado familiar, acompañada de debates internos con un mismo mensaje", aseguró Soláns, para quien ya está resuelta "la pequeña fricción" que en su día se produjo con una asociación en Madrid. Soláns recalcó su satisfacción por la actual estructura de toda la red de asociaciones del IEF y aseguró que "el Instituto no obliga a nadie a pertenecer al mismo y cada uno es libre de actuar como cree".